lunes, 11 de julio de 2011

Busco el tiempo que perdí....

No llevo una asiduidad a la hora de escribir aquí. Me encantaría hacerlo a diario, contar cosas que me suceden porque siempre las hay pero en realidad o no encuentro el momento o tampoco considero que sea necesario "vaciarme" tan a menudo. Porque de eso se trata. Siempre, desde pequeño, escribir era mi vía de escape, mi manera de gritar cualquier cosa que podía sentir sin la necesidad de que nadie tuviese que escucharme hacerlo. Escribía, me desahogaba, leía lo escrito y me sentía mejor.

Recuerdo, en 2º de BUP, que una libreta de folios blancos y tapas negras me acompañó durante meses. Aún hoy recuerdo lo importante que era para mí todo lo que allí escribía, todo lo que llegué a confesar en ella cuando yo era dos personas: la que todos veían y la otra, la que tenía escondida y encerrada en lo más profundo. Recuerdo también como aquella vieja libreta se convirtió en una especie de carta que nunca terminaba. Era mi día a día relatado a modo de diario pero con un destinatario... precisamente la misma persona por la que había comenzado a escribir en ella. También recuerdo como un día, después de muchos meses le dí la libreta para que la leyese. Creo que fue la primera vez que me desnudaba por completo ante la persona que yo consideraba que más me importaba pero esa persona, quizás por su inmadurez o por qué no, por mi manera de actuar, me la devolvió días después con el mismo tono tosco e hiriente con el que me llevaba tratando desde que meses antes me atreví a contarle mi verdad.

En fin. Han pasado muchos años de aquello pero de algún modo me ha venido a la cabeza porque me doy cuenta que al final, cuando escribo y lo hago en un lugar en el que no es privado, un sitio en el que cualquiera puede leer, posiblemente sea porque a pesar de los años sigo comportándome del mismo modo en ese aspecto: siento la eterna necesidad de que lo que escribo le llegue a una persona en concreto (o a varias quizás) y sé que tal vez leyéndome sea cuando se de cuenta que es de ella de quien hablo.

Pero bueno. Lo principal es que me gusta escribir y que me siento mejor después de hacerlo. Por eso en la primera entrada fui claro y dije que no hablaría aquí de política, porque llevo años escribiendo sobre ese tema y sólo sale mi parte mala, la que critica o la que destroza al adversario y sinceramente eso no me aporta nada mientras que cuando siento que el teclado es mi pilot azul y el blog aquella vieja libreta negra no puedo evitar que se me pinte una sonrisa que añora muchas cosas.

No se que Juanjo me gusta más. El que siente algo por alguien y es correspondido, el que no lo es, el que siente pero calla, el que no sabe como decirle a otra persona que no o el que directamente permanece en un coma emocional perpetuo. Imagino que el estdo ideal es el primero aunque ahora mismo creo que me debato entre el segundo y el tercero. El pasado más cercano, el que ha durado más de tres años se aleja. Aunque realmente me pregunto ¿estuvo alguna vez aquí? ¿Existió? Quedan las fotos, los viajes, los viernes pidiendo comida del chino en Ibi, el apartamento, quedan esos perpetuos debates "pepero-comunistilla"... queda tanto que no se ni siquiera como me atrevo a decir que se aleja. Realmente te largaste. Sin más. Y pienso que ya no me importas lo que me importaste, ni siquiera te recuerdo muchos días, aunque no se por qué demonios cuando enumero recuerdos, como hace un segundo, tengo que detenerme, secar alguna lágrima y plantearme por qué tuvimos que jugar tan mal las cartas o sencillamente por qué no me levanté de la partida el primer día.... la noche que se me ocurrió quedar con un chaval "hetero" de Benidorm y me até sin luz ni taquígrafos durante tres años a ti. Ahora llevas 5 meses en Dublín y creo que irte, borrar el contacto físico, era la única manera de no tener que dar el paso final de reconocer lo que realmente eras y sentías. Ya no existo. Ni en el mesenger, ni en el facebook ni en ningún sitio pero estoy convencido, o almenos eso es lo único que me consuela, que los recuerdos no desaparecen y que del mismo modo que tú te paseas por los míos cuando menos me lo espero... seguramente yo también lo haga por los tuyos a traición.

Ahora quiero vivir. La patata que tengo en el pecho sigue latiendo, unos días con más fuerza que otros pero late y eso es lo que importa. Como de costumbre no tengo claro si es fulano o es mengano quien me está haciendo sonreir más de la cuenta o montarme películas viajando en limusina, pero lo que sí sé es que necesito oxigenarme y dejar de tener miedo por sentir lo que sea por nadie. En 16 días me iré de vacaciones, desapareceré del mapa varias semanas y cuando vuelva empezaré a afrontar situaciones y a luchar por lo que quiero. Y si lo que quiero se llama A o se llama B, voy a ir a por todas, tanto si sale bien como si no.

No se trata de buscar el tiempo que perdí, como titulo mi entrada, puesto que pienso que no perdimos el tiempo. Crecí a tu lado y estoy convencido de que creciste al mío. Y siempre, siempre, voy a recordarte con tela de cariño porque a tu manera... se que llegaste a quererme como soy.

Pero bueno. Ahora, aunque consigas que tenga que volver a parar para secarme una lágrima, quiero otro futuro para mí, es más, veo otro futuro con nombre y apellidos por el que me apetece luchar aunque se lo pueda tomar a risa. Y ya no son los tuyos.




1 comentario:

SANDRA dijo...

Me has dejado sin palabras, emocionada...Eres muy valiente al hablar así de tus emociones y la valentía siempre tiene su recompensa. No dejes pasar tanto tiempo sin escribir. Un abrazo Juanjo.